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Rebabas


Hoy me siento Casandra. Está claro que han de venir tiempos peores. ¡Ay de aquella persona de educación media, cultura refinada y temperamento moderado que no aprenda a deshacerse de ellos, empequeñecerse, rebajarse, barbarizarse y sobrevivir!

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 Tres estrategias programáticas para tiempos oscuros: la mordacidad, la arrogancia, la indiferencia.

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 He enterrado en lugar inaccesible la más invalidante de mis debilidades: la esperanza.

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 Convencido de la inutilidad de todo argumento, asqueado de discutir, cansado ya de tanto buscar razones, opiniones y motivos, pero incapaz a la vez de quedarme en silencio, he optado finalmente por la boutade, el insulto y el gargajazo.

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 Piensa uno en la casta política de este país y deja de ser el tipo mesurado que siempre se preció de ser.

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 ¿Nuestra guerra civil dice usted, caballero? Sí, sí, es verdad… Se comprenden muchas cosas…

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Tengo un consejo que dar a quienes estén desesperados por la situación laboral: no desesperen. Siempre habrá profesiones con futuro: la de sicario, por ejemplo.

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Enciendes la televisión, consultas tu correo electrónico, lees el periódico, te abres el facebook, escuchas a alguno de nuestros representantes políticos… y añoras el paroxismo febril de una sociedad que haga posible otro Robespierre.

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 Ventajas de la infancia. ¡Qué suerte la del niño cabreado! ¡Cómo envidio esos momentos de desahogo en los que podíamos, con unos simples puños, descargar toda la rabia, la frustración, los desengaños y el fracaso que habíamos ido acumulando desde la última peleíta callejera! ¡Partirse de vez en cuando la cara con alguien, a puñetazo limpio, tener esa oportunidad, y que todo quede impune!

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Lo admito. La actual beligerancia de mi ánimo raya en ocasiones en lo ridículo. Es cierto. Tiene usted razón. Lo acepto sin esfuerzo. Pero ni siquiera los momentos más furibundos me avergüenzan tanto como el paparrucheo pacifista de mi juventud.

 

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1 comentario

  1. Elisa

    Nada que añadir: has descrito estupendamente el estado en el que nos encontramos tantas almas en pena. Sólo la locura o la estupidez nos podrán salvar…si salvación es olvido y oscuridad.

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